Luis Allegro
1. El ser humano busca imperiosamente vivir acompañado. Esto es en función del instinto gregario. Las bandadas de pájaros, los cardúmenes de peces y las manadas de lobos hacen pensar que en los animales también hay un instinto gregario que los lleva a agruparse. La explicación que más convence es que el agrupamiento -por ejemplo, de los cardúmenes- provee un mejoramiento ecológico que favorece las condiciones biológicas. La primera conclusión que podemos obtener es que el agrupamiento favorece el mejoramiento de la vida y del desarrollo.
2. Como una consecuencia de esto surge el grupo humano del cual se derivan el grupo social, las comunidades y toda la sociedad. El agrupamiento de los seres humanos es un hecho espontáneo y necesario.
3. El grupo que se mantiene en su funcionamiento y adquiere continuidad en el tiempo se institucionaliza. Institucionalizarse significa adquirir pautas de funcionamiento que se repiten durante lapsos significativos. Entonces requiere como condición de sobrevivencia, el surgimiento de normas de convivencia. Esto sostiene la conjetura de que en el ser humano hay por una parte, tendencias sociales (positivas) y por otra, tendencias antisociales (negativas). Las primeras son la expresión del instinto gregario y tienden a la unión, la armonía y a la integración social. Las segundas, en cambio, buscan la desarmonía, la desunión, la desintegración y la destrucción del grupo en su totalidad o en forma parcial en un solo individuo; por ejemplo es el caso del "chivo emisario". Para que el grupo sobreviva es necesario que surjan las normas de convivencia: éstas son indispensables para la integridad constitutiva y funcional del mismo. Estas normas grupales perfilan una identidad grupal y un sentimiento de pertenencia en los integrantes del mismo.
Aquí está el germen de las normas éticas: por la costumbre que se adquiere al repetir comportamientos que tienen carácter social. El término "ética" viene de "ethikos" que en griego significa "costumbre". Para que un comportamiento tenga carácter social debe privilegiar el vínculo del individuo con el otro. En este sentido la ética condiciona un carácter vincular en los individuos entre sí y a su vez está condicionada por éste.
Solomon E. Asch [1] (p. 354) dice que "los orígenes de las normas se perciben en una organización de grupo espontána.. La más simple manifestación de una acción colectiva contiene rudimentos de orden; la presencia de una tarea en común y la aprehensión por parte de los participantes de las posibilidades de la situación, guía y rectifica sus acciones." Para que los individuos entren en una tarea de cooperación es indispensable que se establezcan acuerdos mínimos entre sí sobre las condiciones en las que dicha tarea debe ser realizada. "Tales normas constituyen una forma de decisión de grupo que surge en respuesta a la percepción de la dependencia mutua." Cuando estas normas tienen un sentido social se apoyan en principios de beneficios recíprocos.
4. El individuo mantiene relaciones de intercambio con el medio y con el grupo social, tanto a nivel biológico como psicológico. En el nivel psicológico se dan funciones de introyección y de proyección. Las funciones de introyección incorporan elementos psíquicos (vivencias, afectos, sentimientos, etc.) al psiquismo produciendo así un proceso de enriquecimiento interno en el mismo. Las funciones de proyección extroyectan tanto en el medio como en los otros individuos del grupo, elementos que son representantes de productos internos. Por ejemplo, los elementos de la cultura son representantes de dichos productos psíquicos puestos en el medio; la educación que recibe un niño es un producto de dicha extroyección psíquica.
5. En el psiquismo humano se reconoce una estructura psíquica -que en términos psicoanalíticos se denomina "superyo"- que está formada por la introyección del medio exterior en el psiquismo: la madre, el padre y los demás familiares, en el sentido de lo que estos personajes han educado y enseñado a este individuo especialmente cuando este era niño. Lo que es aprendido en la infancia perdura toda la vida. Las normas de convivencia junto con los valores es incorporada en esta estructura que así viene a ser la depositaria de las normas morales y de la ética.
6. Así tenemos dos estructuras éticas. Una relacionada con el individuo de carácter psicológico, que es interna e inherente a él. La otra es externa y corresponde al grupo social: son las normas éticas del funcionamiento grupal. Sus representantes son las funciones evaluativas y judicativas. Entre la estructura intraindividual y la estructura social hay un intercambio dialéctico de tal modo que ambas se interinfluencian recíprocamente.
7. Junto a las normas están los valores. Lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, constituyen valores a los que se los utiliza para evaluar un comportamiento. Veamos un ejemplo utilizado por Asch: "un médico, poco después de haber aceptado un nombramiento en un hospital, recibe un ofrecimiento que es muchísimo más ventajoso. Siente entonces que una manera de actuar es tentadora y la otra obligatoria." Agrega que el sentido de lo correcto impulsa a que se actúe en esa orientación. Esto se torna una perentoriedad que funciona como una fuerza directriz: la "obligatoriedad" que está en el trasfondo de lo que es la responsabilidad.
Pero también están los ideales, las aspiraciones, los deseos, los niveles de exigencia en el desempeño y en la producción, los modelos que se buscan alcanzar o reproducir de alguna manera. Estos y muchos más constituyen valores que dan sentidos determinados a los comportamientos individuales y grupales.
Estos sentimientos se tornan en valores que en definitiva son los que dan cohesión al grupo, sentimiento de pertenencia y calidad en los desempeños y en los resultados.
Los médicos constituimos un grupo, los enfermos que reciben la atención de los médicos constituyen otro grupo y el conjunto de ambos grupos forma lo que podría llamarse la comunidad terapéutica. En ellos están contemplados los grupos que directa o indirectamente están relacionados con la actividad médica (paramédicos, enfermeros, asistentes sociales, obras sociales, instituciones del estado, etc). En este conjunto social surgen forzosamente razones y necesidades de convivencia. Estas razones y estas necesidades condicionan los valores y las normas éticas indispensables.
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