miércoles, 28 de mayo de 2008

Consideraciones éticas sobre los transplantes de órganos


Dra. Adriana María A Alfano



FORO: “ Transplantes de órganos ”
26 de mayo de 2008
Dra. Adriana María A Alfano

Hay dos aspectos sobre el tema de Transplantes de órganos que quisiera abordar en estas líneas: en primer lugar los dilemas clínicos ante la definición de la muerte y en segundo lugar lo que quisiera llamar abuso de transplantes.

Dilemas clínicos ante la definición de la muerte.

Hay dos conceptos a distinguir, uno referente al morir y otro a la muerte en sí. El morir es unas experiencia humana personal y comunitaria, un proceso en el cual se producen vivencias y actitudes particulares en cada ser humano. En cambio, la muerte es un evento clínico que requiere una definición científica.

La muerte era entendida hasta mediados del siglo XX como la suspensión de toda actividad cardiorrespiratoria pero, luego, después del advenimiento de las Unidades de Terapia Intensiva y de toda una nueva tecnología que permitía el mantenimiento de las funciones cardiorespiratorias en forma artificial sin actividad cerebral, (lo que se conoce con el nombre de soporte vital), se definió como “muerte” al cese de la actividad neurológica, es decir, muerte no sólo del cerebro sino también del tronco encefálico.

En 1968 los “Criterios de Harvard” definen la primera norma de muerte cerebral Surgen posteriormente otras normas de consenso universal. Para ese entonces, ya estaban en auge los transplantes renales y unos meses antes a la difusión de los Criterios de Harvard, se había producido el primer transplante cardíaco a manos del Dr. Christian Barnard

En Argentina la Ley 24.193 (1993) en sus artículos 23 y 24 establece las bases para el diagnóstico de muerte bajo criterios neurológicos. No hay reparos éticos ni legales con respecto al diagnóstico de muerte bajo criterios neurológico siempre cuando exista pérdida de funcionamiento no sólo del cerebro sino también del tronco encefálico (funciones vegetativas)

Puede plantearse cuestiones éticas no en la definición de muerte bajo criterios neurológicos sino en la verificación de todos estos criterios antes de la ablación de órganos para los transplantes

Si la muerte cerebral es sinónimo de muerte de la persona, no es objeto de la Medicina dirimirlo, serán otras disciplinas (filosofía , antropología y ciencias sociales) quienes tendrán que dar respuesta a ello.

Abuso de transplantes

Con este título quiero referirme al peligro que implica una concepción facilista de resolver mediante transplantes de órganos las patologías terminales. Dicha concepción sumada a la escasez de órganos disponibles favorecería el comercio y tráfico de órganos. Por otro lado el afán científico y entusiasmo desmedido de dicho procedimiento impediría la creatividad y nuevos desafíos en la búsqueda de otras alternativas médicas, instrumentales o quirúrgicas para los enfermos que padecen de enfermedades terminales.
Si bien el transplante de órganos ha sido un gran avance en la medicina, su abuso impediría otros tipos de avances y ensayos en aquello mismo que se propone.






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